Juan de la Barrera
1828-1847
Nació en la ciudad de México en 1828. Hijo del general Ignacio María de la Barrera y de Juana Inzárruaga. Fue miembro del ejército desde los 12 años, privilegio que se concedía únicamente a los hijos de militares. Por su intachable conducta, durante la asonada conocida como Plan de la Regeneración Política, se le dio el grado de subteniente de la 4ª Compañía de la brigada de Artillería (1841). Sin embargo, solicitó ingresar al Colegio el 16 de noviembre de 1843, para ser un oficial verdaderamente científico, petición que se le aceptó dos días después.
Ayudó a la construcción de algunas fortificaciones alrededor del cerro durante 1847, formando parte del Batallón de Zapadores con el grado de teniente. Murió defendiendo una de las baterías instaladas a la entrada del bosque del Chapultepec donde se unen las calzadas de Chapultepec y el actual Circuito interior.
En el lugar donde murió se encuentra una placa conmemorativa.
Agustín Melgar
1829-1847
Nació en Chihuahua, en el año 1829. Su nombre completo era Agustín María José Francisco de Jesús de los Ángeles Melgar Sevilla. Hijo del teniente coronel Esteban Melgar y de María de la Luz Sevilla, quedó huérfano de ambos desde temprana edad. En su infancia radicó en la ciudad de México.
Solicitó su ingreso al colegio el 4 de noviembre de 1846 y fue aceptado con fianza de su hermana Merced, a cuyo cuidado había estado. Se le expulsó el 4 de mayo del siguiente año por faltar a una revisión. Fue reaceptado después de la batalla de Churubusco como cadete agregado el 8 de septiembre de ese año.
El 13 de septiembre participó en la defensa del castillo de Chapultepec contra los invasores estadounidenses. Murió al día siguiente a consecuencia de las heridas que recibió en dicho combate.
El 13 de septiembre participó en la defensa del castillo de Chapultepec contra los invasores estadounidenses. Murió al día siguiente a consecuencia de las heridas que recibió en dicho combate.
Cuando Melgar reingresó al Colegio, lo hizo junto con Juan Escutia, Hilario Pérez de León y José Arias Caballero, quienes también quedaron como "alumnos agregados". Todos cumplieron con su deber, pues dos murieron, uno perdió un brazo y sólo el último quedó ileso.
Fernando Montes de Oca
1829-1847
Nació en Azcapotzalco, Distrito Federal en el año 1829. Sus padres fueron José María Montes de Oca y Josefa Rodríguez. Huérfano de padre, pidió entrar al Colegio el 24 de enero de 1847. Fue agrupado en la Primera Compañía de Cadetes.
Fue uno de los alumnos que se quedaron voluntariamente en el Colegio contrariando la recomendación del general Monterde en el sentido de que se retiraran a sus casas. Participó en la defensa del castillo de Chapultepec el 13 de septiembre del mismo año, contra las tropas estadounidenses. Murió ese mismo día.
Una nota de su expediente indica que murió al saltar por una ventana para incorporarse al resto de los alumnos que defendían la entrada del Bosque desde el Jardín Botánico. Fue cazado por los enemigos estadounidenses que se habían adueñado de la azotea del castillo.
Fue uno de los alumnos que se quedaron voluntariamente en el Colegio contrariando la recomendación del general Monterde en el sentido de que se retiraran a sus casas. Participó en la defensa del castillo de Chapultepec el 13 de septiembre del mismo año, contra las tropas estadounidenses. Murió ese mismo día.
Una nota de su expediente indica que murió al saltar por una ventana para incorporarse al resto de los alumnos que defendían la entrada del Bosque desde el Jardín Botánico. Fue cazado por los enemigos estadounidenses que se habían adueñado de la azotea del castillo.
VICENTE SUÁREZ FERRER
Nació en la ciudad de Puebla en 1833. Hijo del primer ayudante de caballería, comandante de escuadrón Miguel Suárez y de María de la Luz Ortega, presentó su solicitud de ingreso al Colegio como cadete el 21 de octubre de 1845. Una nota puesta en su expediente dice:
“Muerto por defender la Patria en su puesto de centinela, el 13 de septiembre de 1847. Marcó el alto a los asaltantes, que continuaron avanzando. Mató de un balazo a uno de ellos e hirió de un bayonetazo en el estómago a otro, y fue muerto en su puesto luchando al arma blanca. Fue muerto por su bravura, pues su juventud hizo a los asaltantes vacilar en su ataque, hasta ser atacados por él.”
Las notas transcritas fueron puestas en los expedientes en 1924, por el mayor de infantería encargado del Archivo Histórico del Colegio Militar, Alfonso R. Montenegro.
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